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Ciudadanos de segunda y la constituyente

Actualizado: 17 dic 2021

Inspirado en Hannah Arendt, una de las más influyentes pensadoras políticas del siglo pasado, este artículo comparte uno de los principios y pilares que abrigan a ChileSuma, Los Derechos Humanos, definidos como libertades esenciales e inalienables del ser humano, y donde ningún estado, no importa el color político ni su ideología, puede trasgredir.

¿Qué ha sucedido? ¿Por qué sucedió? ¿Cómo ha podido suceder? Se preguntaba Hannah Arendt y tantos otros, revisando en perspectiva las atrocidades cometidas por Hitler y Stalin. Ella, quien era judía alemana, abandonó la filosofía política y se volcó a la teoría política para buscar entender cómo fue posible que, en la cuna de la civilización occidental, surgieran estos movimientos totalitarios.


Al leer ciertas intervenciones y propuestas en la Constituyente, los escritos de Arendt sobre el estado nazi y sus leyes de Nuremberg se vuelven particularmente relevantes. Se estableció en Alemania dos tipos de ciudadanos, ciudadanos del Reich y nacionales que eran ciudadanos de segunda clase sin derechos políticos. Hoy en la constituyente algo similar se intenta hacer con mayores derechos hacia los “grupos históricamente oprimidos” y al intentar excluir y limitar los derechos con los constituyentes pertenecientes a los “grupos dominantes o privilegiados”. Ya sabemos cómo termina la historia del nazismo y del comunismo.


Arendt busco razones para “haber llegado a estas brutalidades” y siguió el juicio al líder nazi Eichmann. Sin embargo, al leer las declaraciones de Eichmann en el juicio oral diciendo que era un funcionario que siguió instrucciones, entonces capturó que el mal no tenía profundidad. El mal surgía donde la capacidad de reflexionar y deliberar entre los seres humanos había sido suprimida y castigada. Decía Hannah Arendt “El alejamiento de la realidad y la pérdida de la capacidad de reflexionar pueden producir más daño que todos los malos instintos inherentes, quizás, a la naturaleza humana”.


Ojalá nuestros constituyentes recuperen la capacidad de dialogar y deliberar con “el otro” y pudieran releer a Hannah Arendt.


Referencias: “Los orígenes del totalitarismo” de Hannah Arendt e “Ideas de perfil” sobre Arendt de Carlos Peña.


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